Interpretar la arquitectura
Para esta tarea, voy a seguir hablando de la Casa Bevilacqua de Paolo Portoghesi y Vittorio Gigliotti. Esta cas es una construcción de 1964-73 y está situada en Gaeta, una localidad Italiana.
Esta construcción se considera que pertenece al postmodernismo italiano, por tanto se puede considerar que no hay unas características particulares que lo definan, como si que las hay en las corrientes que lo anteceden. Pero lo que si se puede destacar, es que esta corriente, el postmodernismo, es una unión, conexión, vínculo, mezcla y combinación inmediata del pasado y presente, además de proponer una «libertad».
Análisis crítico de la arquitectura
Como bien he comentado anteriormente los edificios adoptan a menudo tipologías heredadas del pasado. En este caso, Portoghesi recurre a artistas como Miguel Ángel, Bernardo Vittone y Francesco Borromini.
Lo que destaca y recuerda a Miguel Ángel son las curvas convexas en forma de segmentos en espiral, que derivan casi literalmente de sus dibujos para las fortificaciones florentinas. La cubierta escalonada con diferentes volúmenes que junto con la luz del sol, se forma un complejo entramado de sombras y luces, hacen referencia a la «Cúpula de Sant’Ivo alla Sapienza (Roma)» de B. Vittone. Y por último, la oposición de elementos rectilíneos, con volúmenes curvilíneos que observamos en la «Iglesia de Santa Clara en Brá» de F. Borromini es lo que identifica a los espacios principales de la villa.
Se puede considerar que se recupera el ornamento y columnas, podría decirse que el aspecto exterior de la obra, esta formada por multitud de columnas, aunque es un efecto visual.
Los materiales utilizados también tienen mucho que ver con el aspecto de la obra. Son utilizados principalmente el hormigón y los ladrillos, por una parte el hormigón, es utilizado para la parte curvilínea, al contrario del ladrillo, que es utilizado para las partes rectilíneas. Por tanto, este cambio y contraste de materiales, crea en el exterior una textura, cosa que afecta a la percepción final de la casa.
También podemos caracterizar a esta construcción como una unidad, un todo, un conjunto, en el cual nada deba de añadirse ni quitarse.
Se podría considerar también el aspecto de centralidad, donde todo gira al rededor de un centro, además de que se crea una atracción hacia él. Este no es un centro geométrico, ya que se trata de las escaleras en forma de espiral.
Además, esta construcción está formada por un equilibrio dinámico, donde los elementos no son iguales ni simétrico, pero se compensa por la diferencia de geometría, de color, de textura…
Y todo esto sin olvidarnos de la más evidente cuestión, la de la relación entre la naturaleza y el edificio.